
Realizó profundas reflexiones sobre el orden y las leyes naturales que rigen a la gran familia humana. Para él, cada ser humano es arte y parte de su sistema familiar y depende de él para su existencia y su calidad de vida. Según su criterio, para que la vida fluya adecuadamente es necesaria la coherencia y la concordancia consigo mismo y con el sistema familiar y social en el que vivimos.
Este conjunto de leyes naturales, familiares, sociales y espirituales que rigen el funcionamiento de los núcleos humanos, es lo que Bert Hellinger llama “los ordenes del amor”. La trasgresión de los órdenes del amor en las interacciones humanas será el origen de los conflictos y las discordancias internas que pueden llegar a manifestarse como patologías individuales, familiares, grupales o sociales.
Cuanto más desorden, cuanto más conflicto, más severas suelen ser las dificultades que se manifiestan en los seres y con frecuencia nos encontramos ante enfermedades crónicas, adicciones o problemas mentales graves, más conflictos, más guerras, mayor devastación, mayor problemática familiar, social, laboral, etc.
Los sistemas familiares son sistemas abiertos que tienden a autorregularse para asegurar su supervivencia pero que a su vez se nutren, interactúan y se vinculan con otros sistemas familiares y sus componentes individuales.
La relación dinámica que se genera entre los individuos de un sistema es lo que denominamos una “constelación”.
A través del método de constelaciones, se busca identificar los puntos nodales que puedan estar afectando al individuo, al sistema familiar, laboral o social y que están dificultando el flujo organizado de la vida. A partir de allí, en la medida que el mismo sistema lo permita, se restaura el orden perdido, desatando estos puntos y permitiendo un nuevo fluir en la vida de las personas comprometidas.
La importancia de las constelaciones familiares, radica no solamente en el hecho de que pueda permitimos sanar aspectos personales de nuestras propias vidas;
sino que, también nos permitirá restablecer un orden que va a favorecer a las generaciones venideras. Ya que se ha visto en la experiencia que muchos temas no resueltos en las familias, pueden terminar reproduciéndose y afectando a algún miembro de una generación posterior que de una manera muchas veces no conciente, termina identificándose con alguno de los miembros involucrados en la situación o conflicto no resuelto.
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